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Las intensas lluvias dan un respiro al secano pero ponen en alerta los cultivos de riego

Iván Melero , Zaragoza , 04/06/2018

Las repetidas precipitaciones han mejorado la nascencia del cereal de invierno, pero las intensas lluvias y el granizo complican los cortes de alfalfa y provocan daños en la fruta dulce en plena recolección.

De norte a sur, la Comunidad aragonesa se ha visto regada de intensas precipitaciones durante esta primavera y especial en los últimos días. Pero como nunca llueve a gusto de todo, no todos sus cultivos lo agradecen y mucho menos si el agua no llega sola y la tormenta se convierte en pedrisco.

Los más aliviados son los agricultores de cereal de secano. Tras una campaña marcada por la intensa sequía, los productores se temían lo peor cuando al comienzo de año los trigos y las cebadas seguían sin nacer por la falta de precipitaciones. Una situación que se tornaba especialmente crítica en la comarca turolense del Jiloca, donde las últimas campañas han estado marcadas por la ausencia casi total de agua.


 

Si las tormentas han dejado mejor cara en los cultivos de secano, la cruz la protagoniza el regadío. Los campos de alfalfa se temen lo peor si continúan las precipitaciones. El cultivo, con importante presencia en el valle del Ebro, ya vio mermada su producción con la última avenida del Ebro. A estos daños se sumaron después la imposibilidad de regar dado los daños que presentaban algunas de las infraestructuras necesarias. Y ahora, las intensas precipitaciones, están impidiendo realizar el segundo corte por exceso de humedad. “Hay casos más extremos”, explica el técnico de Asaja Huesca, Gerardo Torralba, que detalla que hay agricultores que ya habían realizado el primer corte y están viendo como se pudre su cosecha en el almacén.

Muy preocupados se muestran también los fruticultores. Las trombas de agua y granizo caído en destacadas zonas productoras como la comarca de Calatayud hacen prever un descenso de la producción estimada, especialmente en cereza, cultivo en el que se ya se está produciendo el rajado de algunos frutos.

En el Bajo Aragón agradecen las lluvias, mientras los regantes mantienen las restricciones. Así lo han acordado los productores de Melocotón de Calanda, ya que su embalse se encuentra apenas a un 35% de su capacidad y aunque las lluvias han aliviado la situación, los agricultores prefieren ser prudentes y mantener los cupos tal como los habían previsto hasta ahora. Hay mejores expectativas porque el temor con el que comenzó el año con unas reservas en mínimos que hacían prever lo peor, se ha tornado en cierta tranquilidad, gracias a las precipitaciones de primavera, que permitirán salvar la campaña, reconocen en la denominación.

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